quarta-feira, 23 de dezembro de 2009

La Xunta pone en marcha 'aulas de castigo' para alumnos problemáticos


La mayoría de sindicatos cree que la medida es incompleta porque "crea guetos"
PABLO LINDE - El País - 20/12/2009
La Xunta las llama "aulas de convivencia"; algunos sindicatos y profesores, de "castigo". Pero en definitiva es lo mismo: un lugar a donde vayan los niños que dan problemas cuando el profesor los echa de clase. La Dirección Xeral de Educación envió en octubre una circular a los institutos de secundaria que les ofrece la posibilidad de poner en marcha este sistema, que ya da sus primeros pasos en algunos centros.
La circular 8/2009 define estas aulas como "aquellas establecidas para atender al alumnado que por su conducta disruptiva impida el desarrollo normal de su grupo en clase". También establece qué tiene que hacer el estudiante que esté allí: "Bajo la responsabilidad del profesorado de guardia realizará tareas específicas del curso del que proceda". Añade que el profesor que echa al alumno de clase es quien debe encargar y corregir estos deberes y que los padres deben ser informados cuando sus hijos sean expulsados de la clase normal a estas aulas.
Están pensadas para que el alumno pase en ellas la hora que haya sido expulsado y vuelva con el resto de sus compañeros después. Según explican los principales sindicatos de enseñanza, en casos de reiteración de la mala conducta, es posible que el alumno esté durante varios días apartado de su clase. En el aula de convivencia el estudiante díscolo comparte estancia con otros del resto de los cursos que hayan sido expulsados al mismo tiempo.
La mayoría de los sindicatos se oponen a este método tal y como está planteado, principalmente por dos razones: es "una segregación" de los alumnos conflictivos y un "gueto" para ellos, según lo definen algunos, y no están atendidos por un personal especializado, sino por el profesor del centro que en ese momento está de guardia. Sólo la Asociación de Nacional de Profesores Estatales (ANPE) aplaude esta decisión de la Xunta que no hace, según una portavoz de la Consellería de Educación, más que "remarcar directrices" que ya existían.
Pero tanto los profesores como los sindicatos consultados aseguran que es mucho más que esto. "Da a los profesores la herramienta y las pautas para expulsar a un niño de la clase, cosa que antes no existía; por eso creemos que es útil", argumenta Julio Díaz Escolante, presidente de ANPE Galicia.
En el polo opuesto está, por ejemplo, el Sindicato de Traballadores do Ensino de Galicia (STEG) que las tacha de "aulas de castigo". Maruxa Campos orientadora del sindicato no está de acuerdo "ni en la teoría ni en la práctica" de esta medida. "La alternativa no pasa por echar a los niños a una aula de castigo, sino por más implicación de los servicios sociales, de las familias, más formación y más mediación. Esto es un parche. Cuando un alumno crea problemas en clase muchas veces es porque tiene un problema familiar detrás. Eso es lo que hay que solucionar", argumenta.
Más duro es el responsable de enseñanza pública de CC OO, José Fuentes: "Nos parece fatal. Para esto ya estaba la escuela tradicional del franquismo. En ningún momento lo que pretende es buscar una solución a la convivencia, sino una solución errónea para sancionar. Educación entiende que la "conducta disrruptiva" hay que romperla separando al alumno del grupo. Como primer paso nos puede parecer bien, pero no que se vaya a un aula con un profesor de guardia, que cada día puede ser uno distinto. No prevé ningún plan para modificar ese tipo de conducta. El profesor que lo echa se quedará muy a gusto, pero el problema llegará a largo plazo para la formación del alumno".
En una línea parecida se manifiesta Manuel Dios, del Seminario Galego de Educación para a Paz (SGEP). Admite que es mejor esta medida que tener al niño expulsado de clase vagando por el patio, pero añade que es una "solución a medias". "Nuestra propuesta sería una aula no estable y no segregadora. No de todos aquellos alumnos que nos molestan sino de los que tengan problemas de convivencia, que tendrían que ser atendidos por personal que pueda trabajar especialmente con estos alumnos aplicando estrategias de mediación, de solución de conflictos, valores cívicos", dice Dios.
En lo que todos coinciden es que tras unas semanas de vigencia de la circular es pronto para evaluar cómo están funcionando las aulas. Algunos institutos empiezan a aplicarla. Otros, ni eso.

domingo, 20 de dezembro de 2009

A bofetada

Tira cómica de Eneko que non é preciso comentar.

terça-feira, 1 de dezembro de 2009

Fillos que levantan a man sobre os pais

Los especialistas alertan de la pérdida de referentes de autoridad en los casos de violencia juvenil

JUAN TALLÓN

La violencia juvenil alcanza desde hace tiempo a iconos antes intocables: padres, profesores, fuerzas de seguridad. La Fiscalía de Menores de Ourense evalúa cada vez más casos. Unos pocos derivados hacia la Justicia como delitos, en otros muchos, como una petición de ayuda por parte de unos padres, que llaman desesperados a la última puerta. Desde el Centro Terapéutico de Reforma de Montefiz, su equipo de psicólogos apunta a la caída de los referentes de autoridad como una de las explicaciones al fenómeno.


La Fiscalía de Menores se ha vuelto para muchos padres la última salida al infierno que los hijos han llevado al hogar. La violencia doméstica, ejercida por menores, ha dejado de ser un fenómeno extraño. En 2008, fueron ocho los menores procesados por este delito. Pero son muchos padres los que acuden a la Fiscalía antes que la convivencia familiar se judicialice. En el momento en que un hijo agrede a sus padres, e implosiona en casa la violencia, ésta no ha estado sino larvándose mucho tiempo antes de explicitarse en forma de golpes. ¿Qué ha tenido que ocurrir para llegar a ese punto sin retorno? Ricardo Fandiño, psicólogo del Centro Terapéutico de Reforma para menores de Montefiz, considera que ante todo ‘se ha perdido el referente de autoridad’, hecho que ‘ha llevado al menor a transgredir unos límites que, tal vez, no le han sabido marcar claramente’. Hablamos de una caída de referentes parentales, pero también de otras figuras que ejercen la autoridad, ‘y víctimas igualmente de la violencia, como profesores o policías’, añade Raquel Gude, psicóloga de Montefiz. ‘Yo hablaría de una sociedad’, afirma Fandiño, ‘en que el adulto no está puesto en valor. De hecho, ahora los adultos pretenden ser adolescentes. La tendencia es a prolongar esa fase de la vida’. Como resultado, los verdaderos adolescentes, los menores, confunden los roles. Ahora bien, bajo este razonamiento, se corre el peligro de creer que ‘está únicamente en manos de los padres torcer el destino de los hijos’, advierte Juan Basanta, psicólogo del Equipo Técnicos de Menores de la Fiscalía de Ourense. Es cierto que en relación a los padres ‘fallan’ algunos elementos en la estructura disciplinaria. Por una parte, estamos ante padres que ‘mantienen actitudes educativas inconsistentes, es decir, lo que hoy premian, mañana lo castigan’. En segundo término, ‘no realizan una adecuada supervisión de la conducta de sus hijos durante la infancia’. Eso significa desde evadirse ante las amistades del menor, a ausentarse de las reuniones del colegio’.

Pero, ¿y el menor?, ¿en qué medida contribuye a convocar el monstruo de la violencia? Los hijos conflictivos presentan tres rasgos distintivos, según Basanta: ‘La insensibilidad, porque no les importa el dolor que causan; la impulsividad, ayudada por la falta de cortapisas morales, y el narcisismo. Se creen los reyes del mambo, no aceptan lecciones de nadie, creen saberlo todo’.

‘Pueden ser tus jefes’

En unos chicos, estos rasgos tienen solución, en otros no. Que no tengan solución, en todo caso, no significa que acaben en la delincuencia. Basanta cree que ‘pueden ser tus jefes. Suelen ser los jefes. La gente que se cree maravillosa, impulsiva e insensible, son unos grandes ejecutivos, buenísimos. Eso sí, acosan a la gente, la despiden, pero ganan mucho dinero. Hay muchos políticos entre ellos. Esos son los casos que no se curan, porque nadie los diagnóstico’.

La violencia, a manos de menores, ‘ha dejado de estar vinculada a la marginalidad social’, según Raquel Gude. Hay menores que vejan o golpean a sus padres en las clases acomodadas. Julio Jiménez, delegado en Ourense del Instituto de Medicina Legal de Galicia, advierte que los hijos ‘se han creado como necesidades básicas el teléfono, internet, la televisión y salir los jueves al botellón, y cuando les falta algo de eso, hay problemas’. Esto favorece la tesis de la violencia ya no es marginal. Ni siquiera es más urbana que rural. ‘Es una problemática globalizada’, afirma Raquel Gude. Este es uno de los cambios: los actores de la violencia. El otro, es la violencia misma, que de ser marginal, y enfocada como un medio para conseguir algo necesario, se ha vuelto finalista: vejaciones, amenazas, huidas, robos en el propio domicilio... hasta llegar a la infamia de la agresión.

Dificultades para asumir el esfuerzo y aceptar el fracaso

El problema ‘no es tanto lo que estos chicos hacen, que también, como lo que son, cuál es el desarrollo de su personalidad’, hace notar Ricardo Fandiño. A menudo poseen graves fallas en el desarrollo de su identidad y su moralidad. ‘La violencia son los fuegos artificiales, pero por debajo existen más problemáticas: los chicos violentos a menudo tienen dificultades para conceptualizar todo lo que tiene que ver con el esfuerzo’. Trabajan con claves como ‘yo pido y ellos me dan o no me dan’, muy relacionadas con la infancia, y que llevan a la satisfacción o a la frustración. ‘Están acostumbrados a tenerlo todo, y no saben lo que es la frustración, el fracaso’, señala Julio Jiménez.

Su conducta aboca a los padres a la desesperación. En el caso del Centro de Montefiz, de referencia para toda Galicia, ‘llegan a nosotros desbordados, tras haber recurrido a otras instancias sin éxito, y frustrados porque han puesto mucho esfuerzo en compensar a los hijos’, señala Fandiño. El problema es que en ocasiones ‘no tienen tiempo para estar con ellos. Sobre todo, tiempo de calidad’. Esto conduce a la situación de conflictividad familiar que a veces existe con carácter previo a que explosione la violencia juvenil: separaciones conflictivas, divorcios, nuevas parejas, nuevos hijos, nuevas figuras parentales... ‘Dependiendo del momento evolutivo del menor, les afecta mucho’.

sábado, 28 de novembro de 2009

Exemplo de mediación escolar

Las víctimas de abusos sexuales en la infancia evitan comunicarlo


Sólo el 30% lo contó en su día a sus familiares

ANNA FLOTATS - El País - 12/10/2009

Vergüenza, culpa y miedo. Son los tres muros que se alzan ante las mujeres que han sufrido abusos sexuales en la infancia y adolescencia cuando quieren compartir su experiencia con familiares o amigos. Sólo una de cada tres vence esos obstáculos, según un estudio elaborado por 24 psicólogas del Programa de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (PASSIR) que entrevistaron a 1.015 mujeres, de las que 365 habían sufrido abusos. Lourdes Lopetegui, una de las autoras del análisis, dice que la mayoría de niñas que pasan por ese calvario "se sienten responsables y temen que no se las crea o se las juzguen negativamente". Muchas tienen el recuerdo dormido: el 30% de las mujeres que en la entrevista confesó haber sufrido abusos lo contó en su día a familiares, amigos o psicólogos.

Las que optan por guardarse el secreto se sienten indefensas y callan por miedo a represalias. "Muchas veces el abusador amenaza a la víctima con actos agresivos y la avisa de que, si confiesa, puede causar problemas en la familia, como la separación de sus padres", dice Lopetegui. "Ese temor al desequilibrio familiar unido al miedo de ser consideradas responsables del abuso" amedrenta a las jóvenes. Las víctimas prevén una reacción negativa de su familia y lo cierto es que sólo la mitad de las que reveló su experiencia recibió apoyo. Una de cada cinco fue culpabilizada del abuso y el resto recibió indiferencia. "Algunas familias lo aceptan, pero otras se convencen de que no es grave, y que es mejor olvidar", cuenta Lopetegui. El 33% de las madres de las víctimas reaccionó de esa forma.

Tres de cada cuatro víctimas menores de 13 años recurren a sus madres. Y reciben más apoyo a esa edad que en la adolescencia. "Una niña no tiene la capacidad de mentir sobre esos temas. Y la madre, aún muy ligada emocionalmente a su hija, se siente obligada a responder contundentemente", sostiene la Lopetegui.El estudio, elaborado con la colaboración del Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol, coincide con las conclusiones de otros trabajos americanos que subrayan que la madre cree más a la hija cuando el agresor es el padre biológico o un familiar próximo -el 75% de los abusos estudiados por las psicólogas- que cuando se trata de su nueva pareja. "A una mujer que ya ha roto una relación le cuesta más aceptar el abuso en su nueva familia. Admitirlo supondría otro fracaso y por eso lo niega, es una forma de proyectar su culpa", arguye Lopetegui. Ante una confesión, la madre busca fórmulas para sentirse inocente. Por ejemplo, le cuesta más creer la acusación si está en casa durante los hechos. Su presencia la hace, en cierto modo, cómplice con el agresor y por eso prefiere cerrar los ojos.

Los amigos cobran protagonismo en la confesión de los abusos entrada la adolescencia. Las mujeres entrevistadas que explicaron su historia cumplidos los 13 años lo hicieron, en igual porcentaje, a madres que a amigos. "En la adolescencia, los abusos suelen ser más graves y las jóvenes que los sufren", apunta Lopetegui, "son consideradas a veces incitadoras". Sólo el 10% de las mujeres que reveló su experiencia escogió a psicológicos o terapeutas como confidentes. La ocultación de los hechos hace disminuir la confianza de la víctima e incrementa su culpa. "La joven sufre fuertes sentimientos negativos, no sólo hacia el agresor, sino hacia sí misma por no haber sabido defenderse".

Rescatar del olvido estas historias y atender a las víctimas de la mejor manera posible es el objetivo de las psicólogas del PASSIR. El equipo de investigación, dirigido por Sílvia López, insiste en que el abuso sexual en la infancia es "un problema social y de salud pública que tiene repercusiones en la vida y la salud física y mental de muchas mujeres a corto, medio y largo plazo". Detectarlos a tiempo y tratarlos profesionalmente, dicen, evitaría desigualdades y contribuiría a la "prevención primaria de la violencia machista".


Las cifras del estudio

- 1.015 mujeres que se tratan en el Programa de Atención Sexual y Reproductiva participaron en el estudio.

- Procedencia. El 34,2% de las nacidas en Cataluña relató haber sufrido abusos sexuales en la infancia. El porcentaje aumentaba hasta el 60,5% entre las que procedían de Latinoamérica.

- Secreto. Sólo el 34,4% de las víctimas lo c0ntó. De las que lo hicieron, el 63,5% acudió a su madre, el 28,8% a amigos y el 9,6% a profesionales. Al 18,2% le culparon de lo sucedido.

- Más malos tratos. El 21,8% de las víctimas dijo que ha vuelto a sufrir agresiones sexuales posteriormente. El porcentaje entre las que no padecieron se reduce al 8,3%.

- Condustas de riesgo. Mientras que el 38,3% de las mujeres víctimas de abusos se ha expuesto alguna vez a contagios por no usar el preservativo, sólo el 23,9% de las que no sufrieron ha corrido ese riesgo alguna vez en su vida


sábado, 21 de novembro de 2009

"Bullying": o acoso escolar levado ao cine

«Bullying» leva á pantalla un cru retrato do acoso escolar
Efe 20/10/2009

A nova película de Josecho San Mateo, Bullying , fala claro e sen paliativos sobre o acoso escolar e as vivencias infernais que moitos menores sofren a diario dentro e fóra das aulas.
Logo de Atasco na Nacional (2007), o director madrileño cambia radicalmente de ton e deixa atrás a comedia para presentar un filme de denuncia con algúns episodios de terror realista.
Tras a morte do seu pai, Jordi (Albert Carbó), un mozo adolescente de 15 anos, múdase xunto á súa nai (Laura Conejero) a Barcelona, onde empezará unha vida marcada polo encontro co seu novo compañeiro de instituto, Nacho (Joan Carles Suau).
A intimidación, a chantaxe e a humillación empezarán a formar parte da cotidianeidad de Jordi, que sufrirá constantes mostras de violencia física, pero sobre todo psicolóxica. «Hai xente que di que nos pasamos, pero eu creo que nos quedamos curtos en canto ás idades. Se volvese filmar a película, faríao con nenos de nove anos», sinalou o director na presentación da longametraxe. San Mateo, que xa reflectira o universo adolescente en Báilame a auga (2000) cuns novísimos Unax Ugalde e Pilar López de Ayala, volve inspirarse nos mozos neste novo filme, ao sentirse «moi preocupado» por este colectivo. Bullying saca á luz dous novas valores -Carbó e Suau-, de quen San Mateo presume.

sexta-feira, 20 de novembro de 2009

Resolución de conflitos, por Mª José Díaz Aguado

Resolución_de_conflitos,_mediación

Agresión sexual en grupo a dos niñas en el autobús escolar


Diez menores abusan de compañeras - El chófer no hizo nada ante los gritos de las chicas
F. JAVIER BARROSO - El Páis - 29/10/2009

El viaje de regreso desde el instituto Atenea de Villalbilla hasta Loeches (6.200 habitantes) se convirtió el pasado jueves en un auténtico suplicio para dos niñas. Las dos menores, de 12 y 13 años, fueron sujetadas por las muñecas y los pies por una decena de compañeros. Después las sometieron a tocamientos en sus partes íntimas, sin que el conductor del autocar hiciera nada para impedirlo, según la versión de las niñas. Los padres han denunciado los hechos y piden responsabilidades al chófer por no haber evitado la agresión que sufrieron las adolescentes.
Los hechos ocurrieron por la tarde, cuando se montaron en el autobús 17 alumnos del instituto Atenea, en Villalbilla. El regreso a Loeches, donde viven todos estos jóvenes, supone media hora de trayecto. Aún no había arrancado el autocar cuando empezaron los problemas para las niñas. Dos de sus compañeros gritaron "¡Vamos, a por las dos!". Y un grupo de unos diez chicos las rodearon y las inmovilizaron. Una de ellas, la mayor, intentó zafarse de sus atacantes. Se levantó y salió hacia el pasillo, mientras se defendía a patadas. De poco le sirvió. Al igual que la otra víctima, la sujetaron por las muñecas y los pies y le impidieron que se moviera. "Además del trauma, mi hija tiene ahora moratones por las piernas de cuando intentó defenderse", explica Dora, la madre de la chica de 13 años.
Todos los chavales, excepto cinco, se arremolinaron en torno a las dos chicas, que estaban en asientos distintos. Los 10 agresores comenzaron a turnarse en los tocamientos que sufrieron las niñas. Las sobaron en sus partes íntimas e incluso obligaron a las niñas a tocar los órganos genitales de sus compañeros, según el relato de las menores. "Quita que ahora me toca a mí", se decían unos a otros mientras una parte de los atacantes se aseguraban de que las niñas no se movieran de los asientos.
Cuando el conductor subió al autocar no puso orden, pese a que los chavales estaban fuera de sus asientos, algunos de ellos de pie. Dos de los alumnos que no participaron en el abuso intentaron contarle lo ocurrido. Los compañeros se lo impidieron. "Como digáis algo, os partimos la cabeza", les amenazó el resto. Los chicos quedaron amedrentados y no pudieron hacer nada.

terça-feira, 17 de novembro de 2009

Lo que los niños del rural saben y no les sirve para aprobar


Un estudio muestra la mayor tasa de abandono escolar en niños del campo
PABLO LINDE - El País- 06/11/2009

Ni siquiera el profesor sabía lo que quería decir la palabra badil. Sólo tres alumnas conocían su significado. No eran las más brillantes ni las más empollonas. Pero tenían algo en común: las tres procedían de ámbitos rurales. Y no fue una casualidad. Es muy frecuente que los estudiantes hijos de familias campesinas tengan mayor riqueza de vocabulario que quienes proceden de la ciudad. Lo ha comprobado el doctor Santiago Prado Conde quien, en una tesis doctoral, también constató la mayor tasa de abandono de los estudiantes de pueblos y aldeas. De este, entre otros problemas, se hablará entre hoy y mañana en Boimorto (A Coruña), dentro del IV Encontro de debate sobre a educación no medio rural.
Prado llevó a cabo su estudio en Melide, donde nació. Una de sus conclusiones es que en la escuela se desaprovechan los conocimientos que los alumnos atesoran fuera del ámbito urbano; eso tiene parte de la culpa de esas tasas de abandono. "En la escuela se suele evaluar más la comunicación escrita que la oral. Si no se sabe canalizar la riqueza de vocabulario hacia los textos, es probable que todos esos conocimientos no le sirvan de nada al niño", explica el doctor como ejemplo del desaprovechamiento de las competencias de los alumnos del rural.
En la investigación se encontró con otra anécdota significativa. Seleccionó a 70 alumnos hijos de campesinos e hizo con ellos una excursión a un instituto de ciclos formativos relacionados con el mundo agrario. "A la hora de comer estuve a solas con los profesores del centro. Me dijeron: 'Cómo se nota que has traído a los mejores'. Se quedaron muy sorprendidos cuando les dije que de los 70 sólo uno no había repetido ningún curso", explica Prado. Los que en el aula eran considerados malos estudiantes, poco atentos, desinteresados, se convirtieron en niños participativos y brillantes. "Hay que buscar la fórmula de canalizar eso", repite el doctor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
A la vez que se lucha para potenciar las fortalezas, es necesario trabajar para contrarrestar debilidades. En una línea parecida a la de Prado, el pedagogo Xosé Ramos Rodríguez ha encontrado algunas, como la brecha digital que todavía existe entre el mundo rural y el urbano. A la hora de usar el aprendizaje por tareas -enseñar a través de actividades en vez de memorizar textos-, los niños del campo cuentan con la ventaja de tener una mayor familiaridad con lo que les rodea. Pero también necesitan acudir a fuentes de información. "Hoy por hoy, la principal es Internet, una herramienta que habitualmente disfrutan menos", explica. También asegura que es más difícil para los alumnos del campo ejecutar trabajos en grupo fuera del aula por el déficit de las comunicaciones y del transporte público.
Concienciar a los profesores rurales de las fortalezas y las debilidades de estos alumnos es una de las claves para aprovechar unas y vencer otras. Ramos afirma que la mayoría de los docentes de las escuelas rurales viven en ciudades. "Les cuesta más trabajo plantear tareas que se adapten a sus estudiantes y tienen que hacer un esfuerzo de adaptación porque no es lo que viven cotidianamente", dice.
Muchos urbanitas pueden estar preguntándose qué significa la palabra badil. Según el diccionario de la Real Academia Española es una "paleta de hierro o de otro metal, para mover y recoger la lumbre en las chimeneas y braseros". Probablemente hay niños del campo que sí lo sabían.

quarta-feira, 21 de outubro de 2009

O diálogo resolve o 90% das agresións a pais

Hasta aquí hemos llegado. No podemos más. Vamos al juez. Lo último que llevó a Carmen y Agustín nombres ficticios a tomar esta decisión fue un hecho ocurrido en el salón de su casa: su hijo, Sebas, les tiró una plancha ardiendo con tanta fuerza que atravesó una puerta. Antes hubo destrozo de muebles, insultos y otra larga lista de agresiones. El juez intervino y sancionó al menor, de 15 años, con una orden de alejamiento.

En el 40% de los casos como éste que llegan a la asociación de mediación Amefa, muchos derivados de los juzgados y la mayoría protagonizados por niños de 14 y 15 años de clase media alta, se han producido agresiones de hijos a padres. El 90% de todos ellos incluidos aquellos en los que no existe violencia física se resuelve satisfactoriamente.
La familia de Sebas, de clase media-alta, vive en un barrio acomodado de Sevilla. Sus padres no atravesaban entonces por ninguna crisis sentimental. Todo, aparentemente, marchaba bien. El joven, incluso, participaba amistosa y totalmente integrado en los grupos de confirmación de su parroquia. ¿Qué falló entonces? ¿Cuál es el origen del maltrato de los menores hacia sus padres, cuya incidencia se ha incrementado de manera preocupante, según un informe de la Fiscalía presentado esta semana?

En el caso de Sebas, las agresiones estallaron cuando sus padres le obligaron a llevar el móvil encendido si salía solo. "No estamos hablando de un chico que vive en el Polígono Sur barrio sevillano con innumerables problemas de exclusión social ni de familias desestructuradas; detrás de estas agresiones no hay un problema profundo, simplemente el incumplimiento de algunas normas básicas de convivencia o, a veces, una mala respuesta", explica Juan Diego Mata, coordinador de mediación de la asociación Amefa.
Sebas fue derivado a la asociación después de que el juez impusiera una orden de alejamiento que, como ocurre casi siempre con los menores, no se aplica finalmente por la inviabilidad de la medida. "El juez toma decisiones, como el alejamiento o el internamiento, pero no resuelve la situación. De eso precisamente se encarga la mediación, de solucionar", añade Mata.
Tras múltiples sesiones individuales y colectivas, Sebas y sus padres llegaron a un acuerdo: siempre que saliera, llevaría el móvil encendido. "Si yo entiendo a mi padre" o "Claro, pero si yo también tuve su edad" son las frases más repetidas cuando el problema está resuelto. Hasta llegar ahí, los mediadores tienen que identificar primero el problema y deconstruir toda esa realidad para llegar al fondo del asunto.
"Obligamos a las partes a que se escuchen, que los intereses de unos y otros se encuentren de algún modo y ponemos sobre la mesa todas las opciones posibles, incluida la de que el chico se vaya de casa, para que ellos mismos, tras estudiarlas, las descarten", cuentan en Amefa.
Tras el incremento de estos casos recogido en la memoria de la Fiscalía de 2008, el Defensor del Menor andaluz, José Chamizo, también ha abogado por la mediación como la mejor herramienta para prevenir. "Nosotros no somos árbitros, gestionamos un conflicto poniendo un límite temporal para que no se enquiste el problema", matiza Mata.
Hiperactividad
El informe de la Fiscalía vuelve a abrir interrogantes sobre las posibles soluciones a un fenómeno, el de la violencia de menores, de difícil comprensión. El pediatra experto en psicología infantil José Gálvez explica que cuando un niño problemático llega a su consulta lo primero que hay que hacer es "un estudio global para averiguar si tiene algún tipo de trastorno, siendo los más frecuentes el déficit de atención y la hiperactividad".
Aun así, "no se puede predecir este tipo de comportamientos porque un niño problemático puede evolucionar en muchas direcciones", añade. "Lo que sí se puede hacer", opina Gálvez, "es prevenir instaurando una serie de normas inamovibles desde pequeños".

terça-feira, 6 de outubro de 2009

Generación replicante


Como los androides de 'Blade Runner', los jóvenes occidentales del siglo XXI tienen todo el mundo a su alcance, pero no son amos de sus destinos. Las redes de Internet o el 'botellón' son sus paraísos artificiales.


CARLES FEIXA 18/09/2009

El significado histórico de los estudiantes y la universidad, la forma en que los unos y la otra existen en el presente, puede describirse como una metáfora, como una reproducción en miniatura de un estado histórico más elevado, metafísico. (Walter Benjamin, 1915).
Quedan atrás Tarzán y Peter Pan, Gutenberg y McLuhan. Se entra en la galaxia Gates
El 'botellón' es una especie de limbo, un espacio entre el infierno 'mileurista' y el paraíso 'yuppy'
En 1968 -cuando la juventud buscaba la playa bajo los adoquines- Philip K. Dick publicó una novela de ciencia-ficción con un título inquietante (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?), en la que Ridley Scott inspiraría en 1982 su película Blade Runner. El relato gira en torno a un grupo de androides, virtualmente idénticos al ser humano, a los que llamó replicantes, superiores en fuerza e iguales en inteligencia a los ingenieros genéticos que los habían creado, pero utilizados como esclavos en la peligrosa colonización de otros planetas. Tras un motín en Marte, los replicantes buscan refugio en la Tierra, donde son declarados ilegales y perseguidos por patrullas policiales especiales, las unidades blade runner. La descripción que la novela hace del líder de la revuelta es sintomática: Roy "tiene un aire agresivo y decidido", "indujo al grupo a intentar la fuga", "robó diversos psicofármacos y experimentó con ellos", y busca "una experiencia de grupo".
Si cambiamos Marte por el espacio escolar, la Tierra por el espacio público, los psicofármacos por combinados etílicos, los replicantes por jóvenes al borde de la mayoría de edad, y los blade runners por adultos al borde de un ataque de nervios, quizá podamos encontrar alguna analogía con el moderno botellón.
La palabra "diversión" tiene una doble filiación latina: la más conocida viene de distractione, que significa fiesta y pasatiempo, pero también remonta a diversione, que significa divergencia y contestación. (...)